Magic Luna, la maga que «lo sabía porque ya lo ha soñado»
La francesa Magic Luna, criada en San Javier (Murcia) desde que tiene un año y de 34 años, se define como «maga e ilusionista». Uno de sus objetivos es lanzar el mensaje a todas las niñas del mundo que «se puede pasar de bruja a maga». La joven nos contaba que sufrió bullying cuando era pequeña y que la llamaban «bruja» cree que «por su aspecto». Luna enterró a esa niña en un agujero pero encontró refugio en la magia y logró rescatarla.
Magic Luna se ha acercado al jurado donde ya le esperaba una mesa de tapete verde. Luna dice haber soñado «con este día, con todo el público que está en el teatro, con la chaqueta de Risto, el top rosa de Edurne e incluso con el corte de pelo de Dani» y está dispuesta a demostrarlo.
Realizará magia con dos barajas de cartas: una rosa y otra amarilla. Le pedía a Risto que eligiese y optaba por la amarilla. Elegía una carta de ese mazo amarillo y de otra caja sacaba otro mazo, primero barajaba ella y después Edurne cortaba en dos mitades.
Luna recogía las cartas para extenderlas sobre la mesa. Risto separaba una del mazo y la cambiaba. Edurne hacía lo propio y también cambiaba y Dani Martínez lo mismo pero él no cambiaba «por no levantarme». Las cartas del jurado coincidían con las tres cartas del mazo amarillo que Luna había elegido.
Dani Martínez: «Cómo me gusta veros a los dos que lleváis tantas ediciones y tantos magos y estáis a buscar el fallín cuando no sois capaces cómo os quedáis eh. No solo me ha parecido un numerazo. Me ha gustado mucho la manera en la que lo has llevado. Has metido a la gente poquito a poco y encima tienes un número increíble».
Edurne: «Me encanta la magia y voy a intentar saber. Está muy bien hecho. Lo has hecho con una tranquilidad increíble, con tu personaje, vacilando a Risto. Muy bien, felicidades».
Risto Mejide: «Me ha dado rabia ese punto repelente de la actuación. Tengo que reconocer que el número es perfecto».
El primero en anunciar su valoración era Dani Martínez que le daba su sí, Edurne hacía lo mismo y Risto Mejide cerraba con otro sí, pleno.
