Franky Innocenti, una de las secuelas del fascismo, demuestra su talento

«Quiero transmitir que existe un Frankie loco, tonto o alguien que quiere transmitir lo que siente emocionalmente al público» reconocía el italiano Franky Innocenti en el backstage que vive en Lisboa desde hace 40 años.

«Llevo con esta actuación desde que nací. Cuando nací murieron mis padres y me llevaron a un orfanato. En el orfanato había un piano y cada vez que encuentro un piano, me siento y toco» se sinceraba cuando Risto Mejide le preguntaba cuánto tiempo llevaba con esta actuación.

«Nací en 1941 en plena guerra mundial, mi mamá murió cuando tenía 9 meses y mi padre también. El orfanato en el que estuve yo fue bombardeado y murieron muchos niños. La infancia no fue dura porque no conocía más nada. Cuando un niño de tres años sabe leer y escribir, no es un fenómeno, tiene talento» continuaba relatando su triste historia.

Franky ha hecho lo que mejor sabe hacer, transmitir sus sentimientos a través de la música, pero totalmente improvisado.

«Estoy bastante emocionada. Desde que nos has contado tu historia he conectado contigo. He pensado todo lo que has tenido que vivir en tu vida, en tu infancia» destacaba Edurne y Dani añadía «actuar con las emociones como las tenías antes de sentarte hace que transmitas mucho más. Ha habido momentos que te has emocionado tocando el piano. Creo que eres un gran pianista».

La música no es solo una profesión, es un idioma. El piano es tu idioma. Los demás somos testigos privilegiados de esa conversación entre ese piano y ese niño que un día se puso a tocar en ese piano» valoraba Risto. Votaban y todos coincidían en darle su sí salvo Risto porque «quiero que la próxima vez que vengas aquí no improvises. Si quieres mi sí debes tocar algo que todos conozcan de principio a fin. Hoy es un no, mañana veremos».

Franky Innocenti, una de las secuelas del fascismo, demuestra su talento